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Han pasado dos años y Domingamers sigue siendo el mejor híbrido de Videojuegos y Televisión

Corrían los años 2017 y 2018. Por aquel entonces decenas de compañías sacaron sus contenidos de deportes electrónicos. Algo les sonaban. Les habían contado a estas empresas y marcas que las competiciones de videojuegos eran más grandes que la NBA por un lío de unas finales. Y todas tragaron. ¿Público muy joven? ¿Público que no ve la televisión? ¿Mucho público nuevo al que no alcanzan y al que deberían influenciar con sus marcas? ¡Imposible no entrar ahí!

Pero surgió un problema. Entendieron esports como competiciones de videojuegos. Entendieron que «cualquier videojuego podía ser competición», que el bueno de League of Legends era bueno al Super Mario. Además, llegaron a esta estúpida conclusión: Si meto esto que es famoso en Internet en televisión, en televisión lo verá mucha más gente, y menudo guantazo contra la realidad se metieron. Cometieron el mismo error con los Youtubers en la tele que con los esports:

Querían llevar su orden, su know how, cuando en realidad no tenían ni idea.

De estas surgieron cientos de formatos inútiles en el que se gastaban decenas de miles de euros al día y que quizás tenían 50 reproducciones o 20 espectadores de media. Estos espacios eran unos Frankestein preocupantes. Por un lado, contrataban a chavales jóvenes a los que les pedían consejos. Generalmente chavales jóvenes sin idea de esports pero con idea de videojuegos. Por otro, se pasaban por entre las piernas los consejos de los jóvenes a los que contrataban.

En resumen, un fracaso absoluto. Una bolsa de dinero, de cientos de miles de euros, tirados a la basura. Durante esta época de 2017-2019 se habrán quemado cerca de dos millones de euros en contenido que a nadie le importó nada. Pero lo más grave es que alguien quitó algo que no tendrían que haber quitado, que fue el mejor producto trasmedia de videojuegos y Televisión, un espacio creado en conjunto por unos creadores de contenido y una productora joven.

Domingamers.

Domingamers V2, el de Dayo y Felipez, fue un programa paródico bimensual donde los creadores de contenido crearon un espacio para dar rienda suelta a su imaginación. El producto fue un éxito. El contenido más visto de la plataforma de Youtube de Esports Vodafone, así como en Twitch. Era bueno porque transformaba lo que ellos entendían que quería su público en algo más televisivo con la ayuda de lageslag, y cada dos domingos tenían un nuevo ataque de genialidad.

El ejemplo más claro -posiblemente con el que más me puedo identificar- es con el capítulo 7, el de League of Legends. Dayo no es tan tonto. Pero entiendes cientos de referencias y de memes que han ido creando a lo largo de los capítulos. Son ellos mismos, pero de otra forma. Todo lo contrario de lo que nos hemos podido encontrar en la mayoría de productos que intentaban traer internet a la televisión. Y me sorprende que no se haya superado todavía. Pero para nada.

Pero un día terminó.

Se enteraron así de repente. Como quien no sabe la cosa. El motivo fue un cambio general a la dirección de contenido de Esports Vodafone. Y al final del último capítulo, Felipez suelta una de las frases que resume a los boomers entrando en el resto de negocios:  «Lo que no termino de entender bien es, si esto que ha funcionado bien es una marcianada, ¿qué pretendíais conseguir viniendo a Internet?».

Y esas miradas, ese intercambio de miradas de Felipez y Dayo a la cámara, a sus compañeros -todos actores en ese momento- resume lo muy jodidos, lo muy en la mierda que están los nuevos sectores cuando los buitres del dinero, con sus graznidos y sus estrategias, entran revoloteando por la ventana, con sus sabias palabras e increíbles consejos. Pero, oh, no increíbles porque sean tan buenos que son difíciles de creer.

Larga vida a Domingamers.

Esto es un artículo de opinión. Puedes mostrar tu enfado -cada dos domingos- en mi cuenta de twitter. 

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