T1 enseña que a veces la solución está en casa

La clasificación de los tricampeones mundiales a esta final es un premio a la inversión que dedicó a la formación

A veces nos cegamos tanto en algo que nos olvidamos que la solución está en frente de nuestras narices. A lo mejor para pedir ese libro concreto simplemente debes bajar a la biblioteca del barrio. O plantarte en la librería, que por eso está en tu misma calle. Quizás no encuentras ese complemento extravagante en carrer Tallers de Barcelona, pero sí en el mercadillo que se hace cada martes. Te obcecas con encontrar la referencia que te motivo con muchas horas en Internet aunque en realidad la tenías delante tuya. Lo único que necesitabas era dignarte a observar todos esos vinilos, CDs o en las estanterías que hay entre tus cuatro paredes.

La historia de T1 reivindica precisamente que a veces no hace falta irse demasiado lejos para encontrar las soluciones. Que simplemente, observando atentamente aquello que se encuentra en nuestro hogar y lo habíamos ignorado, es suficiente. Porque de los tricampeones mundiales, en los aspectos positivos, no recordamos su plantilla de 2019 en la que desembolsó dinero por figuras como Kim Dong-ha «Khan» o Kim Tae-min «Clid«. En todo caso, sí se nos viene a la cabeza cómo a Lee Sang-hyeok «Faker» le temblaban las manos en el Palacio de Vistalegre contra G2 Esports.

La mayoría de jugadores que se han proclamado campeones mundiales con T1 son de cosecha propia o habían tenido un recorrido corto antes de llegar a la organización. En otras palabras: los había sacado la organización surcoreana de la nada porque era la que más atenta estaba a su entorno. El propio Faker, Chae Gwang-jin «Piglet» o Jang Gyeong-hwan «MaRin» son ejemplos de ello. En cambio, los fichajes de estrellas que mejor han funcionado en el club surcoreano han sido los que no empachan. Véase el caso de Lee Ho-seong «Duke«: un MVP de la League of Legends Championship Korea (LCK) que ha funcionado como complemento perfecto al resto de la plantilla. Y ahora quién se cansa de Ryu Min-seok «Keria«, claro.

La clasificación de T1 a la final de Worlds es una noticia que habla por si sola desde todos los aspectos posibles. Por lo que significa el club, por la audiencia que genera, por la mística existente detrás de sus figuras… El puzzle encaja y en el caso de confirmarse puede acabar en forma de obra de arte. Pero si hay algo que quizás despunte en esta edición, es que puede ganar con cuatro canteranos. Sin ni siquiera tener a Faker en mente, Choi Woo-je «Zeus», Mun Hyeon-jun «Oner» y Lee Min-hyeong «Gumayusi» son producto de la inversión de la organización en el desarrollo.

La apuesta no ha sido ni muchos menos perfecta. Con revisar el desarrollo de los acontecimientos y los resultados de la academia es suficiente. También da rabia ver a Joe Marsh presumir de estos procesos cuando desde fuera sólo da la sensación de haber recibido una herencia. Podemos dar todas las vueltas que queramos, a veces lo único que necesitamos es un poco de paciencia y darnos cuenta de que tenemos las herramientas que necesitamos en casa. Evidentemente, todo cambia cuando representas a T1. La presión aumenta y puede hacerte caer. Pero proteger nuestro entorno no deja de ser una extensión de cuidarnos a nosotros mismos.