Amouranth y los primeros compradores de sus pedos embotellados

La locura de los seguidores de Amouranth

Kaitlyn «Amouranth» Siragusa, polémica y cosas increíbles a partes iguales, y es que rara es la noticia en referencia a la streamer que no nos deja algo un tanto especial. En esta ocasión continuamos con su última aventura empresarial: los pedos embotellados.

A nadie debería sorprenderle que, por lo visto, esta está siendo todo un éxito. Tal y como se ve en su cuenta de twitter personal, los primeros compradores ya han aparecido, y pese a que hay gente que no termina de creérselo del todo, somos tantos seres humanos en este planeta, que a buen seguro hay personas que ya habrán adquirido este peculiar producto. Amouranth les ha agradecido directamente su apoyo, e incluso destacado que les enviará alguna cosa más.

Por si esto fuese poco, Amourant ha anunciado que enviará a creadores de contenido un pack de su producto para que este sea analizado. Curiosamente, el que desee esto también deberá pasar por caja, así que ya sabéis…

Amouranth y el fenómeno fan

Hablábamos hace no demasiado sobre la posible adicción a Twitch. Esta puede tener diversas formas, siendo una de ellas algo tan simple como no perderte absolutamente ningún directo de tu o tus creadores de contenidos favoritos, pero existen otras conductas mucho más peligrosas. El invertir enormes cantidades de dinero en una persona, ya sea regalando suscripciones de forma continua o donando grandes cantidades de dinero, puede terminar siendo realmente peligroso. La necesidad de hacerse notar no debería ir de la mano de estas conductas, y es que hacerse querer por un streamer no debería basarse simplemente en lo económico.

Amouranth sabe aprovecharse mejor que nadie del fenómeno fan, y es que el apoyo que la norteamericana recibe en múltiples plataformas es gigantesco, siendo Twitch una de las patas de sus muchos proyectos. Este último negocio demuestra la locura que muchas personas pueden tener por alguien, y es que gastarse esa cantidad de dinero en algo que quizá ya ni esté ahí, es sinceramente algo absurdo.