Las lágrimas y el dolor se apoderan de unos RMRs salvajes

Muchos jugadores se han mostrado destrozados tras no conseguir una plaza en el próximo BLAST.tv París Major

Una de las cosas que más me gusta de los deportes electrónicos, sobre todo del CS:GO, es la poquísima animadversión fuerte que existe hacia jugadores y equipos. Los aficionados normalmente cuentan con un favorito, pero siempre aparecen varios equipos o jugadores más a los que nos gusta apoyar. Esto provoca que tengamos que sufrir junto a muchos de estos protagonistas sus éxitos, pero principalmente sus fracasos. Durante estos días, debido al clasificatorio previo al Major de París, me han roto el corazón una y mil veces. Las lágrimas, el dolor y la presión se han apoderado de unos RMRs salvajes y que han mostrado la peor cara, también la más bonita, de la competición.

Tan solo 24 equipos podían llegar al próximo BLAST.tv París Major. Parece una cifra amplia, pero visto lo visto en los clasificatorios, y con lo que me duele el corazón, se me ha quedado corta. Los RMRs regionales han llegado a un nivel impresionante y ninguna plantilla, sea quien sea, tenía una plaza asegurada en la gran cita de VALVE. Equipos como Virtus.pro, Astralis, Cloud9 o Imperial se han quedado fuera mientras que FaZe ha tenido que sufrir más de lo esperado para conseguirlo. Organizaciones pequeñas con jóvenes talentos demuestran su potencial en este gran escaparate internacional cargándose a equipos acostumbrados a los grandes eventos. ¡Lo bueno de tener una competición completamente abierta!

VÍA Astralis

El próximo BLAST.tv París Major 2023 es especial por muchas razones, por lo que todo el mundo quería estar en esta cita. Tras confirmarse el lanzamiento de Counter-Strike 2, este Major será la última gran cita que se dispute en CS:GO, un sentimiento que es muy duro de asimilar. Además, será el único Major que se dispute este año, lo que supondrá un gran problema para las organizaciones. El dinero que se embolsan los equipos con participar en este evento es más que importante debido a lo que se genera con la publicidad, las pegatinas y el prizepool. Toda esta presión se ha podido comprobar, y de qué manera, en los jugadores dentro del servidor. Clasificarse era, en muchos casos, una obligación.

Las lágrimas y el dolor de los jugadores eliminados

Es evidente que los aficionados prefieran la victoria de un equipo ante otro, pero pocos se alegran de las desgracias de los perdedores. Durante estos días me he ido a dormir más de una vez «chafado» tras una eliminación y no por ser precisamente aficionado del dicho equipo, sino por ver lo destrozado que se quedan sus jugadores. Seré un romántico, no lo sé. Una de las derrotas que más ha dolido a la escena internacional, a pesar de contar a un poco amigable HUNDEN en sus filas, ha sido la de Astralis. El bueno de Device regresó a su casa para levantar los resultados deportivos, pero finalmente no ha podido. La imagen del danés tras la eliminación y su «The End» duele de solo verlo.

Otro protagonista sería KennyS. El francés, que ha estado más de un año sin competir, regresaba a un equipo titular para poder disputar, junto a compatriotas, un Major en su país. Falcons estuvo a tan solo dos rondas de conseguirlo, pero finalmente sumó tres derrotas consecutivas que han impedido a la afición francesa disfrutar de una de sus leyendas. Su reacción en directo también duele y se le ha podido ver muy afectado en sus últimas declaraciones. BIG, uno de los equipos más queridos en la escena nacional, también han mostrado esa presión. K1to se mostró muy afectado tras caer eliminando ante Cloud9, pero al jugador ya se le vio mal tras vencer a Falcons. Hasta el propio sh1ro parecía cerca de llorar en mitad de un partido. 

La presión que han soportado estos jugadores durante todo los RMRs ha sido bestial. Profesionales de equipos tan grandes como NAVI o G2 resoplaban tras confirmar su pase siendo conscientes de la dureza de los qualys. Hemos visto grandes tilteos, miradas que matan y fallos impropios debido a los nervios, sobre todo de los más jóvenes. No clasificarse a un Major puede suponer tu salida del equipo y, en el peor de los casos, tu final en el T1. Esta presión se incrementa con la incertidumbre que genera el lanzamiento de CS2 y de tener tan solo un Major este año.

La economía en los equipos de esports no pasa pro su mejor momento, por lo que no contar con estos beneficios económicos pueden ser un duro golpe para la organización y su futuro. Es evidente que esta presión aparece en todos los eventos, pero lo visto durante estos RMRs ha sido de otro nivel. ¿Cuántos equipos pueden disbandear tras no conseguir este objetivo? Tensión, dolor, lágrimas e impotencia se ha apoderado de unos clasificatorios más duros que recuerde. En mi opinión, llegar al Major, lo ganes o no, ya es un regalo para muchos de los participantes, por lo que la verdadera tensión y premio está en estos RMRs.

Los que estarán en el Major también muestran sus sentimientos

Evidentemente esto es competición y unos ganan y otros pierden, de toda la vida. Por ello mismo, también podemos mostrar la felicidad de los jugadores que han cumplido sus objetivos. Tras la clasificación de ENCE, se pudo ver a un dycha muy emocionado que acabó fundiéndose en un abrazo con SunPayus. También hemos observado a un Aleksib que se quita un enorme peso de encima, un dupreeh que sonríe, un NiKo que respira y un WOOD7 que no pudo contener las lágrimas. Mientras tanto, no había que tranquilizase a los jóvenes talentos que estarán por primera vez en un evento de este calibre.

Ya no hay vuelta atrás, ya conocemos a todos los equipos que buscarán proclamarse el último campeón de CS:GO, un título que será recordado para siempre. Mientras, nosotros ya podemos dejar de sentirnos mal por los jugadores que no lo han conseguido, pues es el recorrido que tienen que superar todos los profesionales. Lo que nos ha quedado claro es que CS:GO no es tan solo un juego, es algo muchísimo más. Por mi parte, yo me quedo muy a gusto después de escribir esto y soltar toda la pena que tenía dentro.