«El Diego» estaría orgulloso

Era la consolidación de la era ShowMaker, pero todos querían ver a Faker más cerca de su cuarta Copa del Invocador

«Era la despedida de Matthäus, pero todos querían verlo a él. Con su mejor amiga, la pelota«. Un tweet con un vídeo de Diego Armando Maradona durante la despedida Lothar Matthäus por parte de un club de fans argentino del Bayern de Munich refleja a a la perfección el interés que generaba -y que todavía sigue- el Pelusa. Tenía sobrepeso y llevaba la tira de años retirado, pero qué más daba: al fin y al cabo no dejaba de tratarse de uno de los genios del fútbol mundial. Reconocer la divinidad es sencillo porque las miradas se desentienden de los protagonistas marcados por el guion, simplemente aprecian el brillo propio de aquella persona que saben que ha marcado una época. Y a la mayoría de personas que apreciaban tras la pantalla la semifinal entre T1 y DWG KIA le sucedió lo mismo con Lee Sang-hyeok «Faker«.

Pedirle al surcoreano el estado de forma del Dios inalcanzable que mantuvo durante un lustro era pretender demasiado. Sin embargo, hizo alusión a su apodo al dar un paso adelante contra Heo Su «ShowMaker«, quien está dispuesto a heredar su trono. Lo más fácil es etiquetar al creador de espectáculos como el nuevo Rey Demonio. Pero si «El Diego» fue único, Lee Sang-hyeok también. Es posible que en un futuro ShowMaker pueda superar en términos de habilidad individual pura a la estrella de T1. No obstante, la importancia histórica es difícilmente igualable. Maradona cambió de lleno Nápoles y Faker, inconforme con ser el mejor, hizo lo mismo con League of Legends y los deportes electrónicos.

Cada vez que Maradona tocaba la pelota en la despedida de Matthäus los espectadores se derretían. Después de todo la pelota no dejaba de ser su mejor amiga, aquella que no se puede manchar, por lo que debía tratarla con cariño. La elegancia e inteligencia con la que Faker recorría la Grieta del Invocador era la de alguien que sabe cuál es su hogar. El perfecto ejemplo del deportista que, cuando sabe que no está en su mejor estado -o pico- de forma, optimiza sus esfuerzos. Todo con tal de no faltar el respeto al legado creado a base de mil y una batallas cargadas a sus espaldas. Porque, a pesar de encontrarse en un entorno digital, ahora el Rey Demonio también sabe más por viejo que por diablo. Evidentemente que «El Diego» fliparía con todo esto, pero estaría orgulloso de ver cómo su ejemplo también existe en otros sectores.

Disfrutar al completo de Faker

La magnitud de Faker es completamente incalculable por todo lo que le ha significado a una industria entera. Reducir su aportación a League of Legends sería un gran error. Sin embargo, detrás de la figura del atleta existe la persona, y ahí es donde muchas veces entra la fina línea de separar al artista con su obra. Maradona era un puñetero genio con el balón, y para algunos aspectos una buena persona, pero en otros muchos un auténtico monstruo. Cualquiera que conozca mínimamente su vida sabe que la figura de Diego ni está ni estará limpia.

De Faker podemos hablar, escribir o alabar mucho. Nunca será demasiado, pero tampoco suficiente. Sin embargo, el auténtico placer se encuentra en poder hablar de Lee Sang-hyeok como una buena persona. Porque si bien es cierto que ha tenido la arrogancia del que sabe que es el mejor, por el momento nunca se ha mostrado como un mal ser humano. Tampoco ha escondido el dolor que significa la derrota, las lágrimas del que sabe que por mucho que quiera ocultarlo nunca es invencible. Todo lo mostrado por él mismo y por T1 enseñan a una ser humano completamente normal. Tocamos madera para que siga así.