Sabéis calentaros pero no recibir en caliente

El problema de Inspired no está en haber hecho un gesto de despedida, más bien estar rodeado de amargados según la conveniencia

Es bastante curioso que haya sido un polaco el que haya hecho dinamitar la rivalidad entre América del Norte y Europa para hacer rabiar al viejo continente. El jungla de Evil Geniuses, Kacper Sloma «Inspired«, tenía en sus manos un botón del pánico que hizo estallar todo. Como si la Guerra Fría particular entre ambas regiones hubiera pasado de repente a una escalada nuclear en un abrir y cerrar de ojos. Todavía hace más gracia que haya sido él quien haya hecho saltar todo, que se haya puesto el disfraz de enemigo o antihéroe habiendo tenido carácteres como los de Yiliang Peng «Doublelift» o Luka Perkovic «Perkz«.

El botón que Inspired pulsó e hizo saltar todo por los aires fue un gesto. Una sutil pero verdadero pícaro «adiós» una vez Evil Geniuses le endosó un 3-0 a MAD Lions en el Play-In para pasar a la fase de grupos de Worlds hizo sonar las alarmas. Revisar un poco la historia -los leones son el único equipo de una región grande que han caído en el Play-In, además en las dos veces que han pasado por él- es suficiente para entender que el polaco metió el dedo en la llaga. Le tenía ganas al club por arrebatarle una League of Legends European Championship (LEC) en el Spring Split de 2021 que tenía suya. Así que no se bastó con derrotar a su rival, también quiso escupirle encima cuando estaba acabado.

Poca gente tenía algo de santo en el enfrentamiento entre Evil Geniuses y MAD Lions. El ambiente estaba calentado, un contexto idóneo para la entrada en escena de otro debate cíclico. En este caso, la deportividad. Hay gente que considera que la despedida de Inspired no está mal porque añade emoción a la competición, historia, etc. En cambio, otra parte considera que una vez acabado el partido todo gesto o comentario sobra porque ya pasa a ser una falta de deportividad. Personalmente soy del segundo grupo en la teoría, pero desgraciadamente en la práctica -es decir, en un 20×40- del primero.

Pero aquí lo importante no está en las dos opiniones formadas, que normalmente se mantienen en la suya. Aquí el problema está en un tercer grupo: el que exige personalidad o emoción siempre que no vaya en su contra. Si lo hace Inspired, mal. Pero no se os ocurra criticarlo si de repente lo hace Rogue a Top Esports o Fnatic a Cloud9. Al menos en lo que se refiere a Europa, claro. Quizá lo más sencillo es centrar el debate sobre Inspired para echar balones fuera, pero realmente necesitamos mirarnos al espejo.

Creer que está bien o mal ese saludo no es el centro de la gravedad, todo lo contrario. Si está bien modulada una opinión no debería ser motivo de discusión, tampoco el hecho de cambiarla tras un proceso de reflexión. Sin querer ser ningún tipo de «abogado del diablo», poco sentido tiene criticar hace dos semanas a Carlos Rodríguez «Ocelote» por querer estar encima del bien y del mal para luego replicar la misma actitud en situaciones de trash talk. El problema más grande de la situación no es el gesto de Inspired, es estar rodeados de una gran cantidad de gente amargadísima en función de la conveniencia que le trae. Ser un bully está mal pero sólo si nosotros no estamos en esa posición, claro.

Gusta la comodidad de querer pegar sin el riesgo de recibir, pero la realidad no es así. La mayoría de veces tirar la piedra y esconder la mano (o poner el santo en el cielo cuando te han dado a ti) es algo que cae por sí solo. Si tan valientes somos para enfundar un guantazo, el mismo valor tenemos que retener para cuando lo recibimos. Entre tanta reflexión sobre qué es la deportividad, los valores o la calle, Inspired ha destapado que muchos sabéis calentaros pero no recibir en caliente.