Martín J. Toribio: «Nosotros no estamos contentos si ganamos y jugamos mal»

A lo largo de 2022 el Barça Esports ha vivido altibajos en su debut en League of Legends, pero su psicólogo deportivo explica la clave de la filosofía del equipo: relativizar las cosas para seguir mejorando

Con la celebración del SAGA, el 2022 del equipo de League of Legends del Barça Esports llega a su fin. A diferencia de las últimas temporadas, el salón del videojuego y los deportes electrónicos de Cataluña supone un día de relajación para los culés. Con dos showmatches tanto los jugadores como el cuerpo técnico blaugrana se acercan a parte de la afición. Mientras figuras como Matthew Smith «Deadly» juegan partidas de uno contra uno contra los seguidores, los entrenadores observan y hablan a sus espaldas. Entre ellos, Martín Jiménez Toribio, performance coach y psicólogo deportivo de la sección.

Desde la psicología, Martín J. Toribio combina tres aficiones capitales para muchas personas: los videojuegos, el freestyle y el deporte. Toribio llegó a finales de 2021 de la mano de Alex Parejo «Mapache» para formar parte del primer equipo de League of Legends de la historia del FC Barcelona. Físicamente le sucede lo mismo que a Maik Jonker «Hadess«: impone respeto por su altura. Sin embargo, toda esa imagen se traslada en sinceridad a la hora de responder y valorar su primera aventura como blaugrana. El Barça ha tenido tanto buenas como malas experiencias en su debut y el cuerpo técnico ya piensa en la mejora del próximo año.

P: El FC Barcelona llega a League of Legends y lo primero que decide es cerrar el cuerpo técnico, estando entre otras llamadas la tuya. ¿Cómo fue tu fichaje por el Barça Esports?

R: Nosotros [Mapache y Martín] estábamos en el Cream Real Betis y al terminar la temporada estábamos muy felices por haber trabajado juntos, había mucha química. El staff de aquel momento -Mapache, Motroco y yo- decidimos abrirnos a escuchar opciones porque no estábamos contentos con el proyecto que planteaba el Betis para el año siguiente. Entró la oferta del Barça y decidimos movernos. Motroco optó por quedarse, mientras Mapache y yo fuimos juntos.

¿Qué supone para ti que no sólo sea una, si no dos entidades históricas las que se hayan interesado por tus servicios?

Es algo por lo que estoy muy agradecido. Son entidades que van más allá de los esports, que conllevan el deporte tradicional, por lo que para un psicólogo está muy guay. Además, yo vengo del fútbol. Entonces, claro, representar al Betis primero y luego al Barcelona es increíble. También para mis familiares o amigos que no conocen tanto los deportes electrónicos decir que trabajas con el Barça o que lo has hecho con el Betis es algo que te da bastante estatus y currículum de cara al futuro.

¿Cómo es ese reconocimiento y el proceso de adaptación de todo tu entorno para conocer a lo que te dedicas?

A mi familia le ha costado y algunos siguen sin acabar de entender qué es League of Legends porque es gente más mayor, que no han crecido jugando videojuegos, entonces no entienden muy bien el juego pero sí mi trabajo y al nivel en el que estoy. Claro, para ellos decir que tienen a un hijo, primo, sobrino o lo que sea que trabaja en el FC Barcelona pues es algo muy bonito. Entienden qué conlleva trabajar para estos clubes porque conocen lo que mueve el fútbol en este país y la grandeza de un club como el Barça.

¿En qué ha consistido tu función a lo largo del año?

Mi labor se centra sobre todo en la vida real. El resto del staff está más especializado en el juego, mientras el mío es más generar un buen ambiente, un buen grupo de trabajo. Que los chavales estén felices, que no tengan necesidades. Por ejemplo, nosotros siempre buscamos que nuestros jugadores tengan un perfil similar al de un atleta. Me encargo de los entrenamientos, la alimentación, que descansen bien… Dentro de lo que son los entrenamientos de equipo me centro en la comunicación, el liderazgo o el evaluar diferentes variables cuando se discute. Discutimos un montón y es importante, así que suelo ser el que se pone más duro con los jugadores que suelen ser engañosas pero son esenciales para el devenir de un equipo.

Mencionas la importancia de cuidarse a través de la alimentación y el ejercicio para mejorar el rendimiento. ¿Podrías valorar cuál es la evolución de estos aspectos en términos generales en el sector?

Hay que entender que venimos de un sector ‘nuevo’ en el que miras cinco años atrás y aquí todo era campo, no había nada. El estereotipo del jugador que está todo el día jugando y comiendo mal delante del PC tiene cierta veracidad cuando miramos al pasado. Pero a medida esto se va haciendo más conocido y más gente juega hay mayor proceso de selección natural: si antes jugaban 1.000 personas a cualquier videojuego, llegaban más a profesionales. Ahora es mucho más difícil llegar porque juegan millones de personas, entonces no te sirve sólo con ser bueno, tienes que llevarlo al máximo en cualquier aspecto.

Los jugadores se asimilan cada vez más al atleta de cualquier deporte tradicional porque entran estas variables, se nota que existe cierta correlación entre cuidarse, jugar bien y estar felices. Cuando llegamos al Barça y al Betis en su momento notamos, los chavales no tenían sus mejores hábitos en este aspecto. Pero es algo que hemos instaurado desde el primer momento por nuestros orígenes: Mapache tiene tanto la carrera de magisterio como la de educación física y yo vengo de la psicología del deporte, así que tenemos todo muy asimilado. Ya no es que lo instauremos en los jugadores, sino que fichamos a perfiles que sepamos que se puedan adecuar a esto. Si tienes la capacidad de elegir dentro del mercado, eliges jugadores que te van a cumplir esta función y van a estar por la función de seguir estos hábitos.

Mencionabas la confrontación, pero también habéis vivido momentos buenos como el Spring Split. ¿Cómo gestionasteis psicológicamente todos aquellos momentos en los que estabais en alza?

Para nosotros siempre es muy importante relativizar. Hemos enfocado el año a la tarea y al mejorar, no tanto el ganar. A mi de poco me sirve ganar a un equipo porque el rival sea muy malo, luego te viene un equipo francés o cualquiera bueno y te parte la cara. Nosotros no estamos contentos si ganamos y jugamos mal, al igual que podemos estar contentos si perdemos pero hemos jugado bien y el otro equipo simplemente ha hecho un outplay o ha leído una situación concreta. Para gestionar esas situaciones no es el momento como tal, es algo que has sembrado durante toda la liga: la orientación de mejorar día a día y no estar sesgado porque ganes un partido de entrenamiento o uno oficial.

Es muy importante recordar cuál es el objetivo: ¿ganar a un equipo de media tabla o aspirar a ser campeones de Europa y de la liga? Para eso siempre tienes que seguir mejorando. Cuando vas ganando vas entrenando contra mejores equipos, porque los top o los franceses quieren jugar contra los mejores de España o Alemania, entonces realmente los clubes de la LFL han sido superiores a nosotros y esa es la realidad. Por mucho que fuéramos ganando en España, entrenábamos contra los franceses de la tabla alta y nos partían la cara, así que ear una dosis de realidad: en la Superliga vamos bien, pero hay una diferencia de nivel entre los mejores de Europa y nosotros. Era una forma de mantener los pies en el suelo.

¿Y cómo fue la gestión cuando llegaron las derrotas como en el Summer Split o el European Masters?

Dependía de si era una derrota en la que has terminado la temporada o en medio de la liga. Si has terminado la temporada, vale la pena desconectar porque en el futuro pueden haber cambios de jugadores o dinámicas. Vale la pena cortar y descansar porque la temporada es muy larga para luego tomar las decisiones que hagan falta. Si es una derrota que vives durante la temporada pues tienes que evaluar qué ha pasado y los porqués. Siempre con la orientación de ver lo que se ha dejado de hacer para proponer soluciones y acciones para cambiar las cosas. ¿Estamos leyendo bien el meta? ¿Qué errores de macro estamos haciendo? Que no sea un «perdemos y ya está», sino que haya un proceso de aprendizaje.

¿Cuáles son los aprendizajes que habéis tenido en 2022 que crees que podéis aplicar el año que viene?

Personalmente, sobre todo el tema de que la disciplina es un tema básico. Tratar de ser más disciplinados tanto en el juego como fuera de ello. Evidentemente League of Legends cambia mucho con un parche cada dos semanas, entonces optimizar el trabajo entre el staff también, tener un sistema de juego más desarrollado y cómo trabajarlo mejor durante el año… Es muy complicado, es un ambiente que cambia constantemente y es más el adaptarte. Muchas veces trabajas bien pero simplemente no das con la tecla de adaptarte al nuevo meta.

Los esports y el freestyle tienen dos idiosincrasias muy marcadas. ¿Cuáles son las similitudes de cada sector y qué pueden aprender una de otra?

Mueven mucho a los jóvenes. Tu ves cualquier chaval hoy en día y le mola el freestyle, los videojuegos o las dos cosas. El freestyle tiene un origen marcado: cualquiera puede hacerlo porque es gratis, mientras en los esports necesitas tener el ordenador. Pero es muy divertido y atractivo. Da mucha adrenalina ganar una batalla, tener una buena rima, ganar una partida o hacerte una penta. El deporte tradicional requiere más, tener ese subidón pasa por ganar, marcar un gol en el fútbol, en el tenis te requiere mucho más nivel económico en la rutina… Los dos sectores tienen la capacidad de ser atractivos y accesibles, porque puedes pagar poco dinero y jugar en el cibercafé o con tus amigos, haciendo familia. Son dos ámbitos que crecen mucho y lo seguirán haciendo. Para mi son las nuevas formas de deporte que vienen pegando muy fuerte y que serán el futuro.