Ibai, la explotación y el maravilloso y complicado mundo de hacer stream

Ser streamer es una lotería. Es un trabajo arriesgado, de máxima atención y de pura personalidad y empatía.

Pero también es una lotería ser escritor, músico, pintor, poeta, escultor, futbolista… Es posible que a día de hoy, y tras una pandemia mundial, TODO trabajo sea un riesgo. Pero este es uno que eliges tú. Donde eres autónomo. Donde tienes la libertad de elegir el cómo y el cuando. ¿El dónde? Bueno, eso ya es otra historia, porque no es lo mismo ser streamer en Facebook, que en Twich o Youtube. Mirad a los de Mixer, ¿qué pasa ahora con ellos? ¿Qué hacemos?

Podríamos decir que ser streamer tiene un riesgo adicional: Tu trabajo depende de una plataforma que no es tuya ni tienes ningún poder sobre ella. Sí, puedes pensar lo mismo de otros trabajos mencionados, pero tú puedes compartir tu libro por donde quieras. O puedes pintar donde te plazca. Un streamer debe hacerlo en la plataforma en la que esté y sólo unos pocos pueden irse a otra parte y mantener su sustento. Su sueldo.

Ibai no está explotado laboralmente.

Ningún streamer lo está.

Otra cosa es que las condiciones de un trabajador autónomo como streamer medio sea prácticamente como estar explotado. Pero son así sus circunstancias. No es que haya un jefe, una tercera persona, obligándote o presionando. Tu jefe como mucho es Twitch y a ellos les da igual que estés o no estés (relativamente hablando).

¿Vamos a Twitch y le exigimos mejoras a nuestras condiciones? Son una empresa.  ¿Eso no es un poco como ir a un cibercafé y decirle al tío que por dos euros debería dejarte dos horas y no una?

Ahora, ¿qué hacemos? ¿Qué cambiamos? ¿Se puede limitar cómo llevas tú tu propia empresa? Supongo que la conversación es mejorar las condiciones de los autónomos, pero ¿tiene sentido ir más allá? ¿Si yo quiero ser un streamer que haga 40 horas a la semana? ¿O 50 horas? ¿Y si solo quiero hacer 10?

Hay algunos que con 20 horas al mes cobran para pasar el mes. Otros necesitan el triple. No lo sé. Pero también hay gente que llega de trabajar y le apetece conectarse, pasarlo bien, disfrutar compartiendo algo.

Ser un streamer es algo aspiracional. Hay conversaciones político económicas mucho más complicadas detrás. Si queréis montar una revolución para cambiar el ecosistema, avisadme que me apunto.

Pero si soy sincero yo me siento un privilegiado. Aunque sea efímero. Aunque el futuro sea incierto. Tengo suerte.

A mí, lo que me fastidia, es que esto se convierta en un debate que no tiene nada que ver con los streamers. Que haya gente que aproveche esto para hablar de otra cosa que no tiene que ver y poner a la gente en su contra, pero espero que se saque en claro la importancia de la empatía.

También me fastidia no haber participado en Cutreland mi pana no te voy a engañar.

Deja una respuesta