6 de noviembre de 2022: la final de los llorones

Faker y Deft saben lo que es derrumbarse en unos Campeonatos Mundiales, pero independientemente de quien gane el próximo domingo, uno de los dos podrá derramar lágrimas de felicidad

Seúl, 11 de octubre de 2014. 15.000 espectadores alientan sin cesar en el Olympic Gymnastics Arena, donde se enfrentan Samsung Galaxy White contra Samsung Galaxy Blue. Es el último año en el que se permiten los clubes hermanos de la final y el azar, caprichoso por naturaleza, hace que el cuadro de Worlds de la posibilidad de que ambos Samsung Galaxy se encuentren. Concretamente en las semifinales, por lo que uno de los dos podrá pelear hasta el final por la Copa del Invocador. Lo que podría ser un partido normal se convierte en una cuna de Caín.

White, creador de una de las mayores revoluciones de League of Legends basada en el control de la visión a través del dúo jungla-support, domina a Blue. Un contundente 3-0 acaba con un joven Kim Hyuk-kyu «Deft» derrumbado. Poco consuelo había en el honor de ver a Bae Eo-jin «Dade» dándole su famosa chaqueta a Heo Won-seok «PawN» o en el abrazo de Gu Seung-bin «imp» a Deft. El consuelo fraternal no era suficiente para repeler el dolor de la derrota. A lo largo de todo el año Samsung Galaxy Blue había dominado a su hermano pequeño. Daba igual haber perdido la última final de Corea del Sur contra KT Rolster Arrows. Sin KT en el Mundial y superado el «grupo de la muerte», Blue sentía que esa Copa del Invocador era suya. Pero el ‘pequeñín’ llamado Samsung Galaxy White había madurado, imponiéndose tanto por fuerza como por inteligencia.

Pekín, 4 de noviembre de 2017. League of Legends evoluciona hasta el punto de ver a dragones sobrevolando estadios. Los 15.000 aficionados de tres años atrás han pasado a ser 80.000 en el Estadio Nacional. Los seguidores chinos habrían amado presenciar a un club de la League of Legends Pro League (LPL), pero delante tenían otra final protagonizada por dos equipos de la League of Legends Championship Korea (LCK). Para su suerte, ese sería el último año de la famosa hegemonía surcoreana. SK Telecom T1 y Samsung Galaxy protagonizan la gran final. SKT se encuentra en horas bajas, pero el talento de su estrella y la mística de ser el mejor club de la historia habían llevado al equipo a la final. En el otro lado, Samsung con ansia de venganza. El equipo tenía grabada la imagen de la derrota en la final del Mundial del año anterior.

Sin el don de la inmortalidad, la derrota supondría un punto y aparte en la carrera de la leyenda. Nunca más volvería a mostrar aquel nivel de superioridad tan surrealista sobre sus rivales

Era un ahora o nunca para Samsung Galaxy, que aprovechó la oportunidad y firmó la sentencia de muerte con un 3-0. Lee Sang-hyeok «Faker«, el Rey Demonio, había caído por primera vez en un Mundial. Sus rivales no le dejaron jugar, Malzahar era la solución: con una habilidad definitiva paraban -literalmente- al mejor de todos los tiempos. La impotencia de Faker se expresaba tanto dentro como fuera de las partidas. Dentro de la Grieta del Invocador su equipo no podía hacer nada si no era por él y fuera de ella aparecieron unas lágrimas jamás vistas en él. Cinco años después de su debut, por primera vez había dejado de ser ‘intocable’. Sin el don de la inmortalidad, la derrota supondría un punto y aparte en la carrera de la leyenda. Nunca más volvería a mostrar aquel nivel de superioridad tan surrealista sobre sus rivales. Tocado y hundido.

Atlanta, 29 de octubre de 2022. Son cinco los años en los que Faker no pisa una final. Delante tiene al vigente campeón de la LPL, JD Gaming, pero T1 hace que parezca un equipo inferior. El conjunto surcoreano se impone y Faker vuelve a mostrar esos destellos de brillantez de los elegidos. Queda lejos su pico de rendimiento. Ya no es ni mucho menos el principal carry de la organización, pero sí el pilar que hace que todo tenga sentido. Pero sigue siendo carne de highlights con grandes jugadas de la mano de sus personajes míticos como lo son Ryze o Azir. Es precisamente ahí donde existe un hueco para las emociones. El Rey Demonio se contiene las lágrimas, muy distintas a las de la última vez: ahora disfruta de nuevo de League of Legends.

Atlanta, 30 de octubre de 2022. DRX había gastado todos sus cartuchos sorpresa superando en los cuartos de final a EDward Gaming por 3-2, al menos eso era lo que todos creíamos. Un día después de ver a Faker emocionado, el State Farm Arena contemplará a Deft derrumbándose, pero para bien. El conjunto surcoreano supera al campeón de la LCK, Gen.G. Aquel equipo al que no había ganado en verano queda reducido a añicos. El tirador brilla en las peleas grupales y en la entrevista postpartido llora. A su lado, Hong Chang-hyeon «Pyosik«, que intenta consolarle pero también se emociona. Es imposible no contenerse. Después de quedarse cinco veces estancado en los cuartos de final, el tirador supera su demonio y tiene la posibilidad de cerrar su carrera con una Copa del Invocador. Como Faker, también se ha dado cuenta de que la clave está en disfrutar del recorrido.

San Francisco, 6 de noviembre de 2022. La batalla definitiva de Worlds se convierte en la final de los llorones. Independientemente de si gana Faker o Deft, uno de los dos tendrá motivos por los que llorar de alegría. Los dos jugadores, del mismo instituto, tienen a sus espaldas dos carreras envidiables. Diferentes, pero imborrables. Ahora ambos tienen la oportunidad de ese círculo de redención de sus demonios personales. En el pasado sus llantos han mostrado valentía y honestidad, porque no han evitado desnudarse ante el público. Este domingo todos esos momentos no se perderán como lágrimas en la lluvia, porque precisamente es el reflejo de estas lo que mantiene vivo el mensaje: desde el estrellato es posible caer, pero también levantarse.