La estrella ‘desconocida’ de T1 e Invictus Gaming

Duke era un jugador poco mediático, pero a día de hoy sigue siendo el único que ha ganado dos Copas del Invocador con equipos distintos

Es conocido por todos que la calle central de T1 tiene nombre propio: Lee Sang-hyeok «Faker«. A pesar de tener compañeros de equipo en la misma posición y contar con malas rachas, pocas posiciones han sido regulares en la historia de los tricampeones mundiales. Fuera de medio, la línea superior es sin lugar a dudas una de las posiciones más dinámicas del club. Que Choi Woo-je «Zeus» tenga 10 premios a mejor jugador de la partida en el Summer Split de la League of Legends Championship Korea (LCK) representa el alto nivel que ha tenido el conjunto surcoreano en top, ya que se establecen comparaciones con figuras como Jeong Eon-young «Impact«, Kim Dong-ha «Khan» o Jang Gyeong-hwan «MaRin«. Sin embargo, hay una ‘desconocida’ que pasa desapercibida: Lee Ho-seong «Duke«.

Duke, jugador de T1 en 2016, era un jugador relativamente poco mediático. Su seguimiento quedaba eclipsado en comparación al resto de la plantilla, un hecho lógico teniendo en en cuenta que estaba al lado del grupo más exitoso de la historia de League of Legends. Pero las comparaciones previas y posteriores con los jugadores de su misma posición tampoco ayudaban. Impact y MaRin tenían una Copa del Invocador a sus espaldas, siendo el último el MVP de los Worlds de 2015. Su sustituto fue un Heo Seung-hoon «Huni» con un buen estado de forma y carismático, pero por si no fuera poco, Khan tomó la calle superior tras una etapa oscura en la octava temporada. Y aun así, con todos esos alicientes, Duke era hasta en 2019 el indiscutiblemente mejor top de la historia del club surcoreano.

Su debut, bajo el apodo Leopard, llegó con KT Rolster Bullets en 2014. KT le descubrió, pero el jugador sólo jugó un Spring Split con el club. La siguiente temporada se fue a NaJin Black Sword, justo en la última temporada donde Corea del Sur permitía los conocidos popularmente como ‘equipos hermanos’. Cuando NaJin pasó a ser e-mFire, la organización no tuvo dudas: Duke debía ser su top en 2015. El jugador demostró por qué la decisión de la entidad fue la correcta al proclamarse MVP de la LCK en la temporada de primavera de ese mismo año. Song Kyung-ho «Smeb» y Kim Chan-ho «Ssumday» monopolizarían más tarde la pelea sobre quién era el mejor top de la región. Pero antes de que todo eso sucediera, Ho-seong era el nombre propio de la calle superior.

Consciente de su talento, cuando Duke salió de Najin no tardó ni un segundo en llamar a T1 para expresarle que estaba disponible

En la quinta temporada su nivel individual no se tradujo en resultados importantes para NaJin e-mFire. Consciente de su talento, cuando Duke salió de Najin no tardó ni un segundo en llamar a T1 para expresarle que estaba disponible. La organización, ajena a las narrativas externas, se hizo con él en cuanto pudo. Por mucho que MaRin tuviera un rendimiento excelente en los Campeonatos Mundiales, su tónica durante el resto de 2015 no fue así. El top no era capaz de instaurarse en el binomio de la hegemonía Smeb-Ssumday y el club lo sabía de primera mano. Duke tampoco la rompió, pero mantuvo su excelencia y fue más constante en comparación al jugador que sustituía. Lo de los jugadores de ROX Tigers y KT Rolster representaba la élite de la calle superior en su máximo exponente.

Dentro de la Grieta del Invocador era la pura definición de autonomía. El top era extremadamente sólido en fase de líneas y no necesitaba ningún tipo de recurso para ser efectivo. Su mejor baza para no requerir atención era su abanico de campeones, el más amplio de T1 después del de Faker. Duke era capaz de girar enfrentamientos que a priori no eran favorables y peleaba muy bien en grupo, siempre adaptándose al campeón con el que estaba jugando. Generaba impacto en el mapa a través de las calles laterales sin necesidad de extenderse más tiempo innecesario. Los resultados fueron inmediatos: una LCK, un Mid-Season Invitational (MSI) y campeón mundial en un mismo año.

Para el top Invictus Gaming supuso un aumento de las responsabilidades

Tras su maravillosa aventura con T1, Duke decidió dar el salto a la League of Legends Pro League (LPL) en 2017. A pesar de formar parte de la liga tanto antes como después de su éxito internacional, para el top Invictus Gaming supuso un aumento de las responsabilidades. IG peleó durante la séptima temporada por llegar a Worlds. El equipo, que tenía problemas tanto en la jungla como en la posición de tirador, estaba mantenido principalmente por el top y Song Eui-jin «Rookie» (para variar). Un 3-2 contra Team WE en el Torneo Regional dejó al club a las puertas del Mundial que se disputaba en China. La medalla de bronce conseguida precisamente con el mismo resultado contra WE pasó a ser amarga.

Ya en la octava temporada Invictus Gaming giró la historia de la LPL. Ese año IG sí peleó de inicio a fin, quedando cuarto en primavera y subcampeón en verano. En Worlds sucedió lo que todos conocemos: que le dio China su primera Copa del Invocador. El papel de Duke en aquel Mundial fue discreto. En la fase de grupos tuvo más tiempo en la Grieta del Invocador, pero en playoffs tuvo una anecdótica aparición contra KT Rolster. No porque fuera un jugador de poca calidad, si no porque el talento de Kang Seung-lok «TheShy» era generacional. TheShy protagonizó en los Campeonatos Mundiales de 2018 y 2019 el mayor pico de nivel jamás visto en la calle superior.

Si el exjugador de T1 jugó contra KT Rolster fue por la cabezonería de TheShy después de que los surcoreanos evitaran el 3-0. El efímero paso del veterano top en los Worlds de 2018 fue suficiente como para lanzar una advertencia y una falsa esperanza a Fnatic antes de la fatídica final para el conjunto europeo. En 2019 su presencia fue de más a menos, algo inevitable teniendo en cuenta el rendimiento de su compañero de equipo. A pesar de que todavía tenía League of Legends que ofrecer, Duke desapareció de la escena profesional a inicios de 2020. Con la misma discreción con la que se llevó dos Copas del Invocador. A pesar de ser el único que ha ganado el torneo más importante con dos equipos distintos, nunca fue un jugador demasiado mediático y así lo mantuvo hasta el final.