1.2 millones de bans en dos semanas ¿Qué pasa en Free Fire?

Garena ha hecho limpieza en su juego, y ha acabado con un número récord de cuentas "pirata"

El battle royale de Garena, Free Fire, es uno de los mayores éxitos de estos últimos años, y más teniendo en cuenta que basa su éxito en ser un título para móviles. En la actualidad, el récord máximo de jugadores diarios activos es de 80 millones, conseguido en el mes de abril pasado.

Aún así, como en la mayoría de juegos competitivos, hay una pequeña parte de la comunidad que se dedica a realizar trampas. Free Fire no iba a ser menos, y por ello Garena ha tenido que llevar a cabo una «ola de bans» para limpiar su comunidad.

Según un informe de Garena, en las últimas dos semanas se ha llevado a cabo el baneo de hasta 1.2 millones de cuentas activas de su título. Los principales motivos que han dado desde la empresa han sido: ‘Auto-Aim‘, ‘Wall Hack‘ y ‘Teleport‘. Por si no fuera poco, los jugadores que participaron en partidas de forma intencionada con cheaters (dúo o similares), también recibieron el ban.

Garena vuelve a realizar olas de baneos en Free Fire tras septiembre y diciembre

Esta no es la primera vez que desde Garena actúan de esta forma, pues en el pasado ya han tenido que llevar a cabo acciones similares para acabar con esta lacra. En septiembre del año pasado fueron 3,7M de cuentas las prohibidas, mientras que en diciembre se prohibió a otro millón.

Free Fire ratio between ban reasons
Fuente de imagen: Afkgaming

Uno de los datos interesantes de esta nueva ola de baneos es que tan solo el 51% de las cuentas prohibidas fueron reportadas por los jugadores de Free Fire. Al parecer, los anticheats de Garena funcionan y están encontrando formas de pelear ante esta situación.

Regiones enteras como América Latina o el sudeste asiático están siendo los principales mercados en los que el juego se ha conseguido abrir paso. Tras romper récords allí, la comunidad sigue creciendo, y con ella las trampas. Veremos si los nuevos métodos de detección anticheats y la política de prohibición siguen luchando para conseguir una grata experiencia de juego.